Las inyecciones de ácido hialurónico o vitaminas en los glúteos. Ya sabemos que en realidad se trata de biopolímeros y otras sustancias no autorizadas que conllevan en el corto y largo plazo a migraciones, deformidades, infecciones y necrosis de tejidos.
Los rellenos permanentes en el rostro (labios, surcos, párpados). Sus secuelas son progresivas y son muy difíciles de retirar sin empeorar el caso.
Reducciones de grasa no invasivas que en realidad sí lo son (mesoterapia, mesoclasia, hidrolipoclasia, hidrolipolisis, lipólisis, etc.) El hecho de publicitarse como no invasivas, hace que bajemos la guardia sobre los riesgos, tales como infecciones, irregularidades, cicatrices y trastornos metabólicos. En muchos casos, son liposucciones camufladas en sitios no autorizados.
Los implantes de glúteos de silicona. Hay casos buenos, pero la mayoría ya han tenido que ser retirados.
Liposucción para las bolsas de los párpados. Créanlo o no, a una paciente le recomendaron este procedimiento en un área tan delicada.
Hilos rusos para levantar la frente, las cejas o los glúteos. Son casi imposibles de retirar y dejan cicatrices visibles y resultados inconstantes.
Hacerse una cirugía de contorno corporal y luego otra, otra y otra. Las liposucciones no son repetibles infinitamente, y son complementarias y no alternativas de los otros métodos de contorno como la dieta y el ejercicio asesorado por expertos.
Implantes mamarios muy grandes. Producen caída de los senos con el tiempo y cuando se pasan al volumen adecuado son un exceso de piel difícil de manejar.
Necesitar una abdominoplastia y no hacérsela. Muchas veces creen que es mejor una liposucción por miedo a la cicatriz. Deja siempre irregularidades, piel sobrante y hace muy difícil o imposible la abdominoplastia en el futuro. Si tiene la duda, mejor la dieta y el ejercicio.
Cualquier cirugía o procedimiento en manos inexpertas o no certificadas, para qué decir más.
Por Juan Carlos Marciales M.D., Cirujano Plástico. Proestética Cirugía Plástica y Medicina Estética.